La Cadena SER se convirtió el 23 de Febrero de 1981, en la única radio que pudo informar de lo que ocurrió en el intento fallido de golpe de Estado perpetrado fundamentalmente por algunos mandos militares. Los técnicos burlaron el control de los golpistas y una línea de sonido permitió conocer todo lo que estaba sucediendo en el asalto al Congreso de los Diputados, por un numeroso grupo de guardias civiles, a cuyo mando se encontraba el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero.
Rafael Luis Díaz, cronista parlamentario de la Cadena SER, jamás llevo a vaticinar lo que iba a suceder en el Congreso de los Diputados el 23 de febrero de 1981. Sentado en la tribuna de prensa, con su micrófono, narraba en directo una votación parlamentaria más, como otra cualquiera y como ya había hecho en otras ocasiones. Una lista eterna de nombres que se obstaculizó minutos antes de las 18:30 horas, cuando llegaba el turno de votación del diputado Manuel Núñez Encabo, del PSOE.
Mientras la televisión grababa el Pleno para ofrecer un resumen en el Telediario, sólo la radio transmitía el nombramiento de Calvo-Sotelo en directo.
Fue un joven técnico quien trasladó todos los equipos a otro cuarto, como medida de precaución, para simular una falsa cabina de emisión. Tuvo la habilidad de dejar abierta una línea de sonido en conexión con los estudios principales. Fue así, como en la redacción central, sus compañeros también conocieron lo que estaba sucediendo en el Congreso.
La radio se convirtió esa noche en el medio de referencia. No se podía emitir en directo lo que ocurría, pero esa señal de audio que Mariano Revilla dejó abierta intencionadamente, sirvió para que la radio viviera su noche más intensa en la madrugada del 23 al 24 de febrero de 1981, pasando a la historia como: “La Noche de los Transistores”
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